top of page

Formación online desde la propia experiencia


Sócrates, el maestro de Grecia

Este opúsculo en forma de post puede parecer a algunos políticamente incorrecto puesto que es producto de cierto hastío causado por la masiva irrupción de teorías, modelos, construcciones, estrategias, aparentemente novedosas en lo que a la transmisión eficaz de conocimientos de trata en los últimos tiempos.


Como anécdota recuerdo que un día un alumno me preguntó acerca de cómo podría saber si un profesor de matemáticas es realmente un buen profesor. Lo único que se me ocurrió al respecto es intentar separar al alumno de las titulaciones rimbombantes, las estancias en el extranjero aparentemente excelentes, incluso esos doctorados renombrados como Ph.D que no lo son por salirse del modelo anglosajón (esencialmente norteamericano) y por supuesto de la jerga, y hablo de jerga, no de argot, que algunas disciplinas necesitan para autojustificarse como ciencias (por este artículo me va a tocar recibir bofetones por todas partes). Al turrón. Me tuve que retrotraer al modelo griego; simplemente le dije que le pidiera al profesor en cuestión que cuando estuvieren en el patio con un palo y una superficie de arena le explicara el teorema de Pitágoras sin letras ni números,solo triangulando, de manera que la comprensión del alumno sobre las relaciones de los lados en un triángulo que incluye un ángulo recto, fuera absoluta y profunda. Creanme no es nada sencillo encontrar ese profesor, especialmente si no es matemático.


El profesor independientemente del entorno, ya sea online o presencial, debe partir de la humildad de los grandes profesores. A Kurt Göddel (posiblemente el matemático más importante de la historia de las matemáticas y emperador de la lógica) después de recibir un conocido galardón, no recuerdo si fue exactamente el premio Albert Einstein en 1951 de manos del propio Einstein(del que era un gran amigo). Habiendo recibido tantos parabienes, estaba absolutamente harto. Al periodista le instó a que no continuara con sus adulaciones, ya que al fin y al cabo se equivocaba en el mismo lugar que sus alumnos pero que lograba afortunadamente darse cuenta antes que ellos.



Llevo impartiendo clases online, aunque nunca sistemáticamente hasta hace un par de años, y de manera exclusiva desde el confinamiento, y siempre, tanto los alumnos, como yo mismo adaptamos los medios de que disponíamos (y no eran tan abundantes ni tan avanzados como ahora) y el hecho era que los alumnos debían comprender, practicar y a fin de cuentas aprobar un examen del cual yo no era evaluador, es decir constantemente orientados a objetivos, bajo presión y con resultados que me han permitido vivir con cierta holgura de mi profesión de formador freelance. Otra cosa es la formación colectiva para empresas o instituciones para la que ahora existen herramientas magníficas de bajo coste y que hace años suponían un coste prohibitivo para pequeñas organizaciones o instituciones de bajo presupuesto y que obligaban a una formación presencial.


Por otra parte despreciar la tecnología de que ahora disponemos y los nuevos métodos y estrategias pedagógicas, perfeccionadas y aumentadas con la fatal pandemia que nos asola sería algo profundamente estúpido. La aparición de LMS´s (Learning Management Software) de última generación, el desarrollo de estrategias instruccionales y la discusión constante sobre lo bueno, malo y regular de los distintos acercamientos al hecho del aprendizaje (constructivismo, conductismo, etc.) son el resultado del hecho científico aplicado a la gestión del conocimiento, su adquisición y la aplicación al enriquecimiento personal y colectivo de la sociedad y por lo tanto obviar estos avances sería un error que si me apuran tendría un carácter socialmente criminal.


Se prohiben las risas culpables ;-)


Pero entonces ¿por qué escribo este post? Básicamente, por parte del que escribe, por el propósito de no perder el norte y no olvidar nunca por qué decidí dedicarme a una de las más nobles profesiones que es la de ampliar el horizonte de conocimientos de aquellos que lo desean o lo necesitan y no solo para conseguir un futuro económicamente óptimo sino por el simple y llano hecho de ser mejores seres humanos.


Un alumno motivado, un profesor con una vocación inquebrantable, una tiza, un lápiz, un papel, con eso basta y, disculpen la broma, si además estuviéramos a la vista de las montañas de Guadarrama y con un Giner de los Rios experimentando con la Institución Libre de Enseñanza ¡qué más podríamos querer! y en absoluto quiero renunciar,(y de hecho no lo hago ya que uno de los leit-motivs de Q&C) a la magia que implica poder conectar desde dos puntos distantes del mundo la curiosidad del alumno y la experiencia y vocación del profesor.


Gracias por su paciencia y siempre gracias a los profesores, profesionales sacrificados y que se dejan la vida por sus alumnos. Gracias de corazón.


Comentarios


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Síguenos
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Gris Google+ Icono
  • Grey Pinterest Icon
bottom of page